sábado, 25 de octubre de 2008

PARA RECORDAR, PASEAR



Nadando en un campo de flores,

paseando por senderos adornados

por un manto de frutos abandonados:

es allí donde escucho nuestras voces.



Grandes ojos verdes entornados

grabando cada detalle de aquel paisaje,

me produce una sonrisa en los labios,

y la rojez en mis mofletes sonrosados.



Ante el frescor me estremezco.

Me acaricia mi blanco cuello

el cabello rizado ondeando al viento:

así disfruto de mi tiempo.

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