domingo, 30 de agosto de 2009

Hay amores que nacen de la responsabilidad de proteger a quienes consideramos más débil,
encadenándonos a una mentira que nos vuelve dependientes emocionalmente. Otras veces, el amor solo es un infundido romanticismo literario que nunca se hace realidad.
Aunque no sabemos en qué momento lo descubrimos, siempre aparece.
Quizás lo sabemos desde el principio y no queremos darnos cuenta.
Lo cierto es que conozco la verdad antes de que suceda.
¿Soy suspicaz o simplemente es aguda mi perspicacia?
Te he visto empezar. Te veré terminar.

No te conformarás con quien te has empeñado en amar por abandonar la soledad.
Buscarás tus cadenas en otra isla y me dejarás morir a mi libre albedrío.
Demasiado despierta para soñar, ya no me sorprendería nada.
Aprendí tan rápido que ya no encuentro mi alegría.
Me he quedado varada en el camino.
Ya no tendré ningún destino.