lunes, 18 de octubre de 2010

Represión, rebelión.

Cuando la represión viene desde lo más hondo de tu propio corazón, ¿qué has de hacer?
Cuando eres feliz y de golpe sobrevienen los miedos, la desgana, la apatía, el abatimiento;
impidiéndote desvestir esa capa invisible entretejida de amabilidad y timidez para no ser dañada.
Esa tela ha creado púas que rasgan, arañan, cruzan la piel, oprimen y se clavan sobre la esperanza.
Dentro, una pequeña vocecita grita desgarrada: -¡No quiero estar amarrada! ¡Déjame ser liberada!
Lleva tanto tiempo torturada, apaleada y amordazada que ya no le quedan fuerzas para nada.
Solo le quedan su vestido color esmeralda y sus ajadas alas robadas, tras un candado guardadas,
esperando la chispa que le ayude a romper su jaula, arremeter contra su muro de contención
y rebelarse en busca de una vida ilusionada.

viernes, 15 de octubre de 2010

Resurgiendo emociones inesperadas
















Llegaste de repente y lo recuerdo constantemente.
¡Estas reveladoras ensoñaciones me sorprenden!
Soy inmensamente feliz disfrutando mi libertad,
pues la amistad me regala siempre grandes alegrías,
pero ilusionada espero ahora tus cartas cada día.
Palabras relajadas, confidencias inesperadas.
Comienzo a añorar emocionada el poder verte.
No puedo creerme lo que me pasa.
Me descubro pensándote aletargada.
He prohibido al miedo dejarme paralizada,
deambular por mi mente y divagar por mi casa.
Y aunque no puedo imaginar cómo serán tus caricias,
insistentemente deseo que repitas el beso que me diste.

Déjame que te muestre mi lugar para perderme.