Hola! Muy buenas a todos!
Ya iba siendo hora de que volviese a aparecer por aquí. Comienza un nuevo año y os debo un regalito: disculpas por no encontrar palabras que publicar entre tanta confusión y el deseo de que este año sea para vosotros mucho mejor que el anterior, que se supere con creces, que podáis cumplir algunos de vuestros sueños -aunque solo sean los pequeños-. ¿Y no son los deseos más sencillos, más pequeños, en los que no reparamos normalmente, los más especiales cuando se cumplen? Porque, recuerda, como dice Alejandro Sanz en El alma al aire:
-Los sueños que se cumplen son tan raros...
Los sueños que tanto deseamos cumplir, cuando llegan, no estamos preparados para afrontarlos. En cambio, los sueños pequeños, las percepciones que siempre queremos sentir, aquellas de las que no tenemos detalles de cómo queremos que sean... cuando se hacen reales nos abren los ojos hacia un mundo mejor.
Hoy no os dejo escrito ningún verso de mi puño y letra, como ocurre con el resto de mis entradas en este blog. Sin embargo, sí dejaré constancia de uno de los poemas más bellos que se han escrito nunca, un poema que viene a mi mente cuando no encuentro razones para continuar con lo que hago (porque siempre hay alguien que puede hacerlo mejor, ¿no?) Os regalo poesía de nuestra tierra, con nuestras raíces, con nuestra sencillez y la valía del corage de la gente humilde y respetable, que a veces tiene que abandonar su hogar por defender sus ideales.
ANTONIO MACHADO
CAMINANTE NO HAY CAMINO
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso.