jueves, 4 de diciembre de 2008

EN CONSTANTE CAMBIO

Ayer tarde estuve haciendo problemas de matemáticas. Es curioso cómo hasta hace poco eran mi calvario y cómo ahora los entiendo mejor que mi propia vida. Los problemas, su nombre lo dice, eran un problema añadido en mi día a día. Aún así, resulta paradójico que ahora los problemas de matemáticas sean el menor de mis problemas. ¿Pero qué es la vida, sino una paradoja? Mi madre dice: al que no quiere caldo, tres tazas. ¡Qué razón tiene!


No me entretendré entrando en detalles, simplemente porque no quiero; pero sí contar cómo la mente puede estar nublada tanto tiempo y un cierto día viendo una película titulada "Bajo el sol de la Toscana" unas pocas palabras me iluminan el camino y vuelvo a ver lo que estaba oculto, siempre situado delante de mi, lo que siempre he sabido, pero que por ciertos motivos se me va olvidando:

Se debe esperar con paciencia,
pues el mejor día de tu vida,
lo que más ansías te llegará,
pero no lo has de forzar.
Deja que todo surja de manera natural.

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